Albert Ellis

Ellis empleó la
mayoría de su tiempo libre en escribir historias cortas, obras teatrales, novelas,
poesía cómica, ensayos y libros de no-ficción. Cuando alcanzó los 28 años, ya había
terminado al menos dos docenas de manuscritos completos, pero aún no había logrado
que se los publicasen. Se percató entonces de que su futuro no descansaría sobre
la escritura de ficción, por lo que se dedicó exclusivamente a la no-ficción, a
promover lo que él llamaría la “revolución sexual-familiar”.
En el momento en que la Universidad de Columbia le
premió con su doctorado en 1947, Ellis llegó a la convicción de que el
psicoanálisis era la forma más profunda y efectiva de terapia. Decidió entonces
alistarse en un análisis didáctico y se volvió “un analista brillante en los
siguientes años”. En aquel momento, el instituto psicoanalítico rechazaba
entrenar a psicoanalistas que no fueran médicos, pero esto no impidió que Ellis
encontrase un analista dispuesto a llevar a cabo su entrenamiento dentro del grupo
de Karen Horney. Ellis completó su análisis y empezó a practicar psicoanálisis clásico
bajo la dirección de su maestro. Pero la fe de Ellis en el psicoanálisis
rápidamente se fue abajo. Descubrió que cuando atendía a sus clientes solo una
vez a la semana o incluso cada dos semanas, progresaban igualmente que cuando
les veía diariamente. Empezó a adoptar un papel más activo, combinando consejos
e interpretaciones directas de la misma forma que hacía cuando aconsejaba a
familias o en problemas sexuales.
En 1955 Ellis ya había
abandonado completamente el psicoanálisis, sustituyendo la técnica por otra
centrada en el cambio de las personas a través de la confrontación de sus
creencias irracionales y persuadiéndoles para que adoptaran ideas racionales.
Este papel hacía que Ellis se sintiese más cómodo, dado que podía ser más
honesto consigo mismo. “Cuando me volví racional-emotivo”, dijo una vez, “mis
propios procesos de personalidad verdaderamente empezaron a vibrar”. Publicó su
primer libro en REBT (siglas en inglés para Terapia Racional Emotiva) “How to
Live with a Neurotic” (Como Vivir con un Neurótico) en 1957. Dos años más tarde
constituyó el Institute for Rational Living (Instituto para una Vida Racional),
donde se impartían cursos de formación para enseñar sus principios a otros terapeutas.
·
REBT (Terapia Conductual Racional Emotiva)
Se define por el ABC en inglés. La A se designa por la activación de las experiencias, tales como
problemas familiares, insatisfacción laboral, traumas infantiles tempranos y
todo aquello que podamos enmarcar como productor de infelicidad. La B se refiere a creencias (beliefs) o
ideas, básicamente irracionales y autoacusatorias que provocan sentimientos de
infelicidad actuales. Y la C
corresponde a las consecuencias o aquellos síntomas neuróticos y emociones
negativas tales como el pánico depresivo y la rabia, que surgen a partir de nuestras
creencias. Aún cuando la activación de nuestras experiencias puede ser bastante
real y causar un gran monto de dolor, son nuestras creencias las que le dan el
calificativo de larga estancia y de mantener problemas a largo plazo.
Ellis añade una letra D y una E al ABC: El terapeuta
debe disputar (D) las creencias
irracionales, de manera que el cliente pueda a la postre disfrutar de los
efectos psicológicos positivos (E)
de ideas racionales.
Por ejemplo, “una persona deprimida se siente triste y
sola dado que erróneamente piensa que es inadecuado y abandonado”. En la
actualidad una persona depresiva puede funcionar tan bien como una no
depresiva, por lo que el terapeuta debe demostrar al paciente sus éxitos y
atacar la creencia de inadecuación, más que abalanzarse sobre el síntoma en sí
mismo.
·
Ideas Irracionales que Causan y Sustentan a la Neurosis
La idea de que existe
una tremenda necesidad en los adultos de ser amados por otros significativos en
prácticamente cualquier actividad; en vez de concentrarse en su propio respeto
personal, o buscando aprobación con fines prácticos, y en amar en vez de ser
amados. La idea de que ciertos actos son feos o perversos, por lo que los demás
deben rechazar a las personas que los cometen; en vez de la idea de que ciertos
actos son autodefensivos o antisociales, y que las personas que cometan estos
actos se comportan de manera estúpida, ignorante o neurótica, y sería mejor que
recibieran ayuda. Los comportamientos como estos no hacen que los sujetos que
los actúan sean corruptos.
La idea de que es
horrible cuando las cosas no son como nos gustaría que fueran; en vez de
considerar la idea de que las cosas están muy mal y por tanto deberíamos cambiar
o controlar las condiciones adversas de manera que puedan llegar a ser más satisfactorias;
y si esto no es posible tendremos que ir aceptando que algunas cosas son así.
La idea de que la
miseria humana está causada invariablemente por factores externos y se nos
impone por gente y eventos extraños a nosotros; en vez de la idea de que la neurosis
es causada en su mayoría por el punto de vista que tomamos con respecto a condiciones
desafortunadas.
La idea de que si algo
es o podría ser peligroso o aterrador, deberíamos estar tremendamente
obsesionados y desaforados con ello; en vez de la idea de que debemos enfrentar
de forma franca y directa lo peligroso; y si esto no es posible, aceptar lo inevitable.
La idea de que es más
fácil eludir que enfrentar las dificultades de la vida y las responsabilidades
personales; en vez de la idea de que eso que llamamos “dejarlo estar” o
“dejarlo pasar” es usualmente mucho más duro a largo plazo.
Para simplificar,
Ellis también menciona las tres creencias irracionales principales:
“Debo ser increíblemente competente, o
de lo contrario no valgo nada”.
“Los demás deben considerarme; o son
absolutamente estúpidos”.
“El mundo siempre debe proveerme de
felicidad, o me moriré”.
El terapeuta utiliza
su pericia para argumentar en contra de estas ideas irracionales en la terapia
o, incluso mejor, conduce a su paciente a que se haga él mismo estos
argumentos.
Por ejemplo, el terapeuta podría
preguntar…
¿Hay alguna evidencia que sustenten
estas creencias?
¿Cuál es la evidencia para enfrentarnos
a esta creencia?
¿Qué es lo peor que puede ocurrirle si
abandona esta creencia?
¿Y qué es lo mejor que puede sucederle?
·
Auto-aceptación
Incondicional
Ellis se ha ido
encaminando a reforzar cada vez más la importancia de lo que llama “auto aceptación
incondicional”. Él dice que en la REBT, nadie es rechazado, aún sin importar cuán
desastrosas sean sus acciones, y debemos aceptarnos por lo que somos más que
por lo que hemos hecho.
Una de las formas que
menciona para lograr esto es convencer al paciente de su valor intrínseco como
ser humano. El solo hecho de estar vivo ya provee de un valor en sí mismo.
Ellis observa que la
mayoría de las teorías hacen mucho hincapié en la autoestima y fuerza del yo y
conceptos similares. Nosotros evaluamos de forma natural a las criaturas, y
esto no tiene nada de malo, pero de la evaluación que hacemos de nuestros
rasgos y acciones, llegamos a evaluar esa entidad holística vaga llamada
“self”. ¿Cómo podemos hacer esto?; ¿Y qué bien hace? Ellis cree que solo
provoca daño.
Ahí están,
precisamente, las razones legítimas para promover el propio self o ego: Queremos
mantenernos vivos y estar sanos, queremos disfrutar de la vida y demás. Pero existen
muchas otras formas de promover el ego o self que resulta dañino, tal y como explica
a través de los siguientes ejemplos:
Soy especial o soy detestable.
Debo ser amado o cuidado.
Debo ser inmortal.
Soy o bueno o malo.
Debo probarme a mí mismo.
Debo tener todo lo que deseo.
Aaron Beck

Beck fue a la
Universidad de Brown, graduándose mshns cum laude en 1942. En esta Universidad
fue elegido miembro de la Sociedad Phi Beta Kappa (la sociedad de graduados más
prestigiosa para graduaciones de más de cuatro años), fue editor asociado del
diario Brown Daily Herald, y recibió el Francis Wayland Scholarship, el premio
de Excelencia en Oratoria de William Gaston y el Premio de Ensayo de Philo Sherman
Bennett. Beck ingreso en la Escuela de Medicina de Yale y se graduó como en
1946 en psicoanálisis. A principios de los años 1960 cuando era psiquiatra en
la Universidad de Pensilvania, desarrolló la Terapia Cognitiva. Debido a su
instinto científico e investigador, trató de poner a prueba algunas hipótesis
acerca de los conceptos psicoanalíticos implicados en la depresión, diseñando y
llevando a cabo diferentes experimentos. A pesar de que esperaba validar gran
parte de los preceptos fundamentales del psicoanálisis, se sorprendió al
encontrar justo lo contrario.
Estas investigaciones le llevaron a comenzar a buscar
otras formas de conceptualizar y explicar la depresión. Trabajando con
pacientes depresivos, se dio cuenta de que estos pacientes se caracterizaban
por experimentar pensamientos negativos que invadían sus mentes de una forma
espontánea. Denominó a estas cogniciones pensamientos negativos, y
descubrió que por su contenido se podían clasificar en tres categorías:
Aquellas que hacían referencia a sí mismos, las que
hacían referencia al mundo y finalmente las referidas al futuro. Comenzó a
ayudar a sus pacientes a identificar y evaluar estos pensamientos y encontró
que haciendo esto, los pacientes eran capaces de evaluarlos de forma más
realista, lo que conducía a que se sintieran mejor y se comportaran de un modo más
funcional.
Desde entonces, el Dr. Beck y sus colaboradores
diseminados por todo el mundo, han investigado la eficacia de esta forma de la
terapia cognitiva para tratar un amplio abanico de trastornos, incluyendo la
depresión, ansiedad, trastornos de personalidad. Actualmente se sigue
investigando con una gran cantidad de trastornos, como la esquizofrenia o el
dolor crónico desde una perspectiva cognitiva.
Aaron T: Beck inicia
el desarrollo de la que denominó "Terapia Cognitiva" a principio de
la década de los sesenta (1962)
en la Universidad de Pensylvania, como una psicoterapia para la depresión,
breve y orientada al presente. El modelo coincidía con el concepto de la
mediación cognitiva propuesto por Albert Ellis en 1956.
Actualmente la Terapia
Cognitiva en las mismas escuelas fundadoras ha superado algunas concepciones
originales, ha incorporado una visión constructivista,
ha adoptado nuevos recursos y se puede considerar "pos-racionalista".
·
Dentro de sus aportes más importantes se encuentra el Inventario de Depresión de Beck (BDI, BDI-II):
Es un cuestionario auto administrado que consta de
21 preguntas de respuesta múltiple. Es uno de los instrumentos más comúnmente utilizados
para medir la severidad de una depresión. Las versiones más actuales de este cuestionario
pueden ser utilizadas en personas de a partir de 13 años de edad. Está compuesto
por ítems relacionados con síntomas depresivos, como la desesperanza e irritabilidad,
cogniciones como culpa o sentimientos como estar siendo castigado, así como
síntomas físicos relacionados con la depresión (por ejemplo, fatiga, pérdida de
peso y de apetito sexual).
Existen tres versiones del BDI: la versión
original, publicada en 1961, la revisión de 1971 bajo el título de BDI-1A; y el
BDI-II, publicado en 1996. El BDI es bastante utilizado como herramienta de
evaluación de la depresión por profesionales de la salud y por investigadores
en diversas áreas. El resultado del BDI no es suficiente para realizar un
diagnóstico de depresión, se necesitan evaluaciones complementarias (entrevista
psicológica/psiquiátrica, valoración del contexto psicosocial, etc.), pero es
una herramienta útil para despistaje o chequeo.
·
De la teoría a la Práctica
“La Terapia Cognitiva está basada en el modelo cognitivo que postula que las emociones y conductas de
las personas están influidas por su percepción de los eventos. No es una
situación en y por sí misma la que determina lo que una persona siente, sino
más bien la forma en que ella interpreta la situación (Ellis, 1962; Beck, 1964). .... Por lo tanto la forma en que se sienten las personas está
asociada a la forma en que interpretan y piensan sobre una situación.
En otras palabras, las
terapias cognitivas se basan en los siguientes supuestos básicos:
(1) Las personas no son simples receptores de los
estímulos ambientales, sino que construyen activamente su "realidad".
(2) La cognición es mediadora entre los estímulos y
las respuestas (cognitivas, emotivas o conductuales).
(3) Las personas pueden acceder a sus contenidos
cognitivos.
(4) La modificación del procesamiento cognitivo de
la información (sistemas de atribución, creencias, esquemas, etc.) es central
en el proceso de cambio.
En cuanto a su estilo
las terapias cognitivas enfatizan:
(1) La importancia de la alianza terapéutica y la
colaboración y participación activa del paciente en el proceso.
(2) Un enfoque orientado al problema y los
objetivos.
(3) El carácter educativo (o reeducativo) del
proceso, capacitando al paciente para enfrentar
por sí mismo futuras situaciones de manera más saludable y funcional.
·
El Sistema Cognitivo:
Siendo "S"
el estímulo o situación, "P" el sistema y procesamiento
cognitivo (pensamientos) y "R" la respuesta o reacción. El
modelo se representa por la relación:
S-P- R
Las reacciones pueden ser: emotivas,
conductuales o fisiológicas. Los pensamientos
automáticos son los pensamientos evaluativos, rápidos y breves
que no suelen ser el resultado de una deliberación o razonamiento, sino más
bien parece brotar automáticamente. Estos pensamientos pueden tener forma verbal (“lo
que me estoy diciendo a mí mismo”) y/o visual (imágenes). Los pensamientos
automáticos surgen de las creencias. Estas creencias son ideas que son tomadas por la
persona como verdades absolutas.
Las creencias más
centrales o creencias nucleares son
interpretaciones tan fundamentales y profundas que las personas frecuentemente
no las expresan ni aún a sí mismas, no tienen clara conciencia de ellas. Estas
creencias nucleares desarrolladas desde la infancia consisten en definiciones,
evaluaciones o interpretaciones de sí mismos, de las otras personas y de su mundo. Las creencias nucleares
representan el nivel más profundo, fundamental, rígido y global de
interpretación, que influye en los otros niveles. Los pensamientos automáticos
o palabras e imágenes que están en nuestra mente son relativos a las
situaciones y representan el nivel más superficial de cogniciones. Entre ambos
niveles están las denominadas creencias intermedias, influidas por las
nucleares (e influyentes sobre los pensamientos automáticos). Las creencias intermedias están
constituidas por: reglas (normas),
actitudes y supuestos.
·
Las
distorsiones cognitivas
Las distorsiones
cognitivas o formas no válidas de razonamiento más frecuentes que hemos
encontrado mencionadas en la literatura de esta corriente son las siguientes:
§ Pensamiento “de todo o nada” (“pensamiento dicotómico”, o
“en blanco y negro”).
§ Adivinación del futuro (“catastrofización”).
§ Descalificar o descartar lo positivo.
§ Inferencia arbitraria.
§ Razonamiento emotivo (“siento
que...”).
§ Explicaciones tendenciosas.
§ Rotulación (“etiquetar”).
§ Magnificación / minimización. (Magnificar lo negativo y
minimizar lo positivo).
§
Filtro mental (“abstracción
selectiva”).
§
Lectura de la mente.
§
Generalización (o “sobre
generalización”).
§
Personalización.
§
Expresiones con “debe” o “debería” (exigencias, demandas).
§
“Visión en túnel”.
·
El A-B-C
Albert Ellis, creó la
teoría del "ABC" emocional, nombre críptico que sirve para facilitar la
labor didáctica y educativa de la que también hace gala Ellis. Trató de
establecer las principales "Creencias Irracionales" que mayormente
compartimos las personas de las sociedades occidentales, bien por educación,
tendencias biológicas, influencias sociales etc., y que es conveniente combatir
para lograr un mayor desarrollo personal y social.
Por A-B-C:
A: Acontecimiento activador
B: Sistema de Creencias (Belief System)
C: Consecuencias
A) Acontecimiento activador
Es el hecho que nos ocurre o propiciamos que nos ocurra,
porque puede provenir tanto del mundo exterior como de nuestro mundo interior;
puede ser algo apreciable a simple vista o algo que no tiene concreción determinada
(puede ser un accidente de carretera o una preocupación por un familiar enfermo
o por algo que pueda suceder; una discusión con otra persona o un problema de relación
con alguien a quien se quiere evitar...).
Intentemos apreciar los detalles del Acontecimiento
activador con cierta distancia, como datos brutos. ¿Estamos siendo objetivos
con nuestra anterior apreciación? ¿Estamos exagerando las cosas?
EJEMPLO:
A.
Hecho activador -
"Mi
amante me ha dejado por otro amor".
B) Pensamientos y
creencias
Las creencias y cogniciones vienen
referidas a lo que pensamos o las ideas que nos hacemos acerca del
Acontecimiento Activador, de lo que nos ocurre en la realidad. Todos mantenemos
ciertos pensamientos o creencias respecto a lo que nos sucede; aunque, a veces,
los pensamientos son "automáticos", se cruzan por la mente como un
"rayo", sin que seamos suficientemente conscientes de ellos. Por
ello, muchas veces, tendemos a considerar que los hechos (acontecimientos
activadores) nos "provocan" sentimientos o comportamientos
determinados.
Las creencias pueden
ser racionales o irracionales. Las creencias irracionales suelen ser poco lógicas, no basadas en la evidencia y de tendencias extremistas,
exageradas o excesivamente exigentes para con
nosotros mismos o con los demás, lo que nos puede provocar tantos sentimientos inapropiados (depresión, excesiva culpabilidad,
ansiedad, ira etc.) como conductas autodestructivas
(adicciones, violencia, suicidio etc.)
EJEMPLO:
B. Pensamientos y Creencias -
No puedo continuar sin ella/el.
Soy un perdedor debido a que me ha dejado.
Es terrible que ella/el me haya dejado.
"Nunca encontrare otro amor".
C) Consecuencias emocionales y
conductuales
El cambio emocional y conductual, viene en
gran medida, determinado por el cambio en nuestra forma de pensar o cómo
interpretamos los Acontecimientos activadores o hechos. Ante un mismo hecho
(suspender un examen) se puede responder de manera diferente: Depresión,
tristeza, culpabilidad, decepción, frustración, indiferencia. Ira etc. de
acuerdo a pensamientos racionales o irracionales que mantenemos al
interpretarlo.
EJEMPLO:
C.
Consecuencias Emocionales.
"Me siento triste. Me siento furioso.
Me
siento indigno.
Y: No
como. No duermo.
Bebo
demasiado alcohol. Falto al trabajo."
En este punto damos un
salto cualitativo, del aspecto descriptivo (A,B,C) a la práctica terapéutica.
El Debate lo realizamos para
superar problemas creados a raíz de la interpretación irracional de los
Acontecimientos activadores que nos ha llevado a conductas y emociones
inapropiadas y autodestructivas. Para poder debatir las creencias irracionales
primero hay que tratar de llegar a ser conscientes de nuestras creencias irracionales.
Identificarlas, a veces, es más difícil que rebatirlas. Cuando nos ocurre un sentimiento
inapropiado o nos comportamos inadecuadamente a nuestros intereses, es conveniente
"rebobinar" hacia atrás y considerar qué pensamientos o creencias irracionales
mantenemos respecto a los hechos. Posteriormente, se debaten las creencias irracionales
con preguntas como:
¿Dónde está la evidencia de que....?
¿Dónde está escrito o dónde está la ley que dice...?
¿Por qué esto tiene que ser así...?
¿Cómo me afecta esta forma de pensar...?
Se han de utilizar todo
tipo de preguntas que contribuyan a poner en tela de juicio o en evidencia las creencias irracionales.
EJEMPLO:
D: (de creencias irracionales) ¡DISPUTE!
¡DESAFIE!
¡DEBATA!
DESAFIE
el auto diálogo
irracional
Pregunte
¿POR QUE?. . .¿DONDE ESTA
LA
EVIDENCIA? ¿DONDE ESTA ESCRITO?
E) Efectividad del debate de creencias
Este punto también entra dentro de lo que
consideramos la estrategia para el cambio o la práctica terapéutica. Si hemos
efectuado correctamente la reestructuración cognitiva o cambio de creencias hacia
un pensamiento más racional, los nuevos efectos
emocionales y conductuales han
de ser menos autodestructivos, nos ayudarán más en nuestros intereses y nos
harán sentirnos mejor con nosotros mismos. No necesariamente hemos de sentirnos
más felices, ya que hemos considerado que pueden existir emociones negativas, pero
sí, hemos contribuido a no entrar en un círculo vicioso de problemas que crean nuevos
problemas, como es el caso de una depresión severa o dificultades de adaptación
al sentir fuerte ansiedad ante situaciones sociales. La efectividad del debate
nos lleva a sentirnos con más fuerza para reiniciar otra relación, quizá más
positiva, o a considerar la posibilidad de vivir feliz sin necesidad de una
pareja, o aprender de los errores cometidos para corregirlos en el futuro.
EJEMPLO:
E. Respuestas racionales
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