viernes, 25 de abril de 2014

Albert Bandura, Arnold Lazarus y George Kelly


Albert Bandura

 Nació en 1925 en Mundare, Alberta del Norte, Canadá. De familia humilde de emigrantes de origen polaco y ucraniano, tras concluir sus estudios secundarios inicia su carrera universitaria en la British Columbia, que continúa en Estados Unidos. Se graduó en psicología en la Universidad de Iowa, donde también se doctoró (1952).
Teoría Cognitivo Social del Aprendizaje o teoría observacional
Bandura analiza el aprendizaje de las conductas a través de los medios y observa, por ejemplo, cómo aquellas que tienen un carácter agresivo aumentan la propensión a la agresividad e, incluso, conducen a que personalidades violentas de la ficción audiovisual puedan aparecer como modelos de referencia.

El pensamiento de Bandura da un importante salto cualitativo entre las corrientes conductistas y las cognitivas.
Surgió que el ambiente causa el comportamiento, cierto, pero que el comportamiento causa el ambiente también, esto lo definió con el nombre de determinismo reciproco. El mundo y el comportamiento  de una persona se causan mutuamente; a partir de esto empezó a considerar a la personalidad como una interacción entre tres cosas:
a) El ambiente.
b) El comportamiento y
c) Los procesos psicológicos de la persona.

EL EXPERIMENTO DE ALBERT BANDURA FUE: EL MUÑECO BOBO

Elementos del aprendizaje observacional.

1.       Atención. Si vas a aprender algo, necesitas estar prestando atención. De la misma manera, por ejemplo, estás adormilado, drogado, enfermo, nervioso o incluso “hiper”, aprenderás menos bien. Igualmente ocurre si estás distraído por un estímulo competitivo.

2.       Retención. Debemos ser capaces de retener (recordar) aquello a lo que le hemos prestado atención, guardamos lo que hemos visto hacer al modelo en forma de imágenes mentales o descripciones verbales.

3. Reproducción. Debemos traducir las imágenes o descripciones al comportamiento actual. Por tanto, lo primero de lo que debemos ser capaces es de reproducir el comportamiento.
4. Motivación. Con todo esto, todavía no haremos nada a menos que estemos motivados a imitar; es decir, a menos que tengamos buenas razones para hacerlo. Bandura menciona un número de motivos:
Refuerzo pasado, como el conductismo tradicional o clásico.
Refuerzos prometidos, (incentivos) que podamos imaginar.
Refuerzo vicario, la posibilidad de percibir y recuperar el modelo como reforzador.

Autorregulación

La autorregulación (controlar nuestro propio comportamiento) es la otra piedra angular de la personalidad humana. En este caso, Bandura sugiere tres pasos:
1. Auto-observación. Nos vemos a nosotros mismos, nuestro comportamiento y cogemos pistas de ello.
2. Juicio. Comparamos lo que vemos con un estándar
3. Auto-respuesta. Si hemos salido bien en la comparación con nuestro estándar, nos damos respuestas de recompensa a nosotros mismos.

Lo mismo ocurre con el auto-castigo. Bandura ve tres resultados posibles del excesivo auto-castigo:
Compensación. Por ejemplo, un complejo de superioridad y delirios de grandeza.
Inactividad. Apatía, aburrimiento, depresión.
Escape. Drogas y alcohol, fantasías televisivas o incluso el escape más radical, el suicidio.
Las recomendaciones de Bandura para las personas que sufren de auto-conceptos pobres surgen directamente de los tres pasos de la autorregulación:
Concernientes a la auto-observación: ¡conócete a ti mismo! Asegúrate de que tienes una imagen precisa de tu comportamiento.
Concernientes a los estándares: Asegúrate de que tus estándares no están situados demasiado alto.
Concernientes a la auto-respuesta: Utiliza recompensas personales, no auto-castigos. Celebra tus victorias, no lidies con tus fallos.

Terapia de autocontrol

Las ideas en las que se basa la autorregulación han sido incorporadas a una técnica terapéutica llamada terapia de autocontrol. Ha sido bastante exitosa con problemas relativamente simples de hábitos como fumar, comer en exceso y hábitos de estudio.

Terapia de Modelado

Sin embargo, la terapia por la que Bandura es más conocido es la del modelado. Esta teoría sugiere que si uno escoge a alguien con algún trastorno psicológico y le ponemos a observar a otro que está intentando lidiar con problemas similares de manera más productiva, el primero aprenderá por imitación del segundo.

Arnold Lazarus

Nació en Johanesburgo, Sudáfrica, a finales de Enero de 1932, siendo el más pequeño de cuatro hermanos. Precisamente una de sus hermanas, cuando él tenía 5 años, empezó a darle clases de piano, y dos años después dio un concierto en público. En un principio, no se le daba nada mal, pero a medida que fue creciendo empezó a comprender que no tenía tanto talento para seguir tocando, así que decidió dejarlo. Durante su juventud, trabajó en diversos lugares, vendiendo casas, en unos grandes almacenes y en una farmacia. Pero durante todo este tiempo había una idea que no se iba de su cabeza: «Abrir un gimnasio». Sin embargo, esa idea nunca llegó a llevarla a cabo, entre otras cosas porque su familia le aconsejaba que siguiera estudiando para ir a la Universidad. Lazarus continuó estudiando, hasta conseguir el doctorado en Psicología, aunque antes ya había obtenido el grado de Master en Psicología y Sociología. A principios de los años sesenta, e invitado por el profesor Albert Bandura, fue a los Estados Unidos, donde decidió quedarse a vivir con su esposa y sus dos hijos.
Es uno de los más hombres más influyentes en la Psicología a nivel mundial, debido a las importantes contribuciones que ha realizado a este campo, entre las que se encuentran: la introducción de los términos terapia de conducta y terapeuta de conducta, el avance de algunas técnicas conductuales como la desensibilización sistemática, la consideración de aspectos cognitivos en los trastornos psicológicos, la creación de una nueva terapia conocida como Terapia Multimodal.
Lázarus distingue su modelo de otros intentos similares en función de que no se trataría de una nueva escuela, sino de un marco de referencia integral. El mismo incluye una serie de parámetros que en principio parece no dejar nada por fuera. Entonces tenemos 7 modales:

•Biológico
•Afectivo
•Sensación
•Imaginería
•Cognición
•Conducta
•Social

En la actualidad, se han tomado las siete dimensiones iníciales de Lazarus, resumidas en cinco áreas:
Cognitiva: Auto diálogos negativos que generan emociones y conductas disfuncionales. Pensamientos automáticos y creencias irracionales.
Afectos: Emociones sentidas con más frecuencia. Emociones indeseadas. Que conductas presentan el sujeto cuando experimenta esas emociones.
Somático: Sensaciones placenteras y displacenteras experimentadas. Medicamentos, drogas consumidas. Enfermedades físicas relevantes pasadas y actuales.
Interpersonal: Estilo de relación con otras personas. Problemas relacionales en el ámbito de pareja, familia, trabajo, etc. Habilidades sociales y asertividad.
Conducta: Actividades y conductas manifiestas. Habilidades o actividades que desearía incrementar. Hábitos o actividades que desearía reducir. Habilidades o carencias conductuales.


George Kelly

Nació en una granja de Perth, Kansas, en 1905. Hijo único en una familia de presbiteranos devotos. Estudió Bachillerato en Wichita, Kansas. Licenciado en Artes en el Colegio Park (1926), Magíster en Sociología Educativa (Universidad de Kansas), Licenciado en Educación (Universidad de Edimburgo, Escocia), y finalmente Doctor en Psicología (1931, Universidad Estatal de Iowa) con una tesis sobre incapacidades del habla y de la lectura. Fue durante la depresión y mientras trabajaba en el Fort Hays Kansas State College, fue cuando desarrolló su teoría y sus técnicas clínicas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Kelly prestó sus servicios como psicólogo de aviación dentro de la Marina, seguido de un trabajo obligatorio en la Universidad de Maryland.


Teoría de los constructos

“Yo tengo una construcción, tú tienes otra, una persona al otro lado del planeta tiene otra, alguien que vivió hace tiempo tuvo otra, un científico moderno otra, cada niño tiene una e incluso alguien gravemente enfermo de la mente tiene una”.
La teoría de Kelly empieza con lo que él llama “la metáfora prodigiosa”. Kelly había observado mucho tiempo atrás que tanto los científicos, como los terapeutas usualmente demostraban una actitud peculiar ante las personas: mientras que se veían a sí mismos de manera bastante bien, tendían a lo contrario con sus clientes; al tiempo que se consideraban como embarcados en las finas artes de la razón y el empirismo, veían a la gente común como víctimas de sus energías sexuales o de sus historias condicionantes.

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