martes, 29 de abril de 2014

humanistas

ROLLO MAY

BIOGRAFIA

Nació el 21 de abril 1909, en Adam Ohio. Tuvo una niñez difícil sus padres se divorciaron y su hermana sufrió de un colapso mental. Su educación fue en Michigan State College y Oberlin  College, y en 1949 obtuvo su doctorado en piscología clínica en la universidad de Columbia. Por un tiempo enseñó inglés en la universidad de Anatolia, Grecia .Durante este período también pasó tiempo estudiando brevemente con Alfred Adler.
May es uno de los más grandes representantes del “humanismo norteamericano”. Critica el psicoanálisis freudiano en su tratamiento del hombre,pero cree en Freud. Defendió activamente el derecho de los psicólogos atrabajar como psicoterapeutas frente a los intentos de lasasociaciones médicas de considerar la psicoterapiacomo una especialidad médica. Murió en octubre de 1994 en San Francisco.

APORTE

El Dilema del hombre: Se origina en la capacidad de éste parasentirse como sujeto y como objeto al mismo tiempo.
El psicoterapeuta alterna y complementa la visión del paciente como objeto, cuando piensa en pautas y principios generales de la conducta, y como sujeto, cuando siente empatía hacia su sufrimiento y ve el mundo a través de sus ojos. Rechaza las dos alternativas de la consideración del ser humano como “puramente libre” o “puramente determinado” argumentando que ambas suponen negarse a aceptar el dilema del hombre.
Introdujo en el contexto de la terapia las experiencias existenciales dela ansiedad, el amor y el poder.
Algunas características de la terapia existencial:
Objetivo: aumentar la conciencia del cliente respecto de su propia existencia y, así, ayudar a que experimente su existencia como real.
La técnica debe estar subordinada y seguir al conocer. Debe ser flexible y ajustarse a las necesidades de cada cliente. El terapeuta no interpreta los hechos sino que los pone de manifiesto en su relación con el cliente. Los dinamismos psicológicos no son considerados comunes a la especie humana; se pone el énfasis en la significación particular de las dinámicas del cliente que se derivan del contexto de su vida. El terapeuta no siempre sabe qué es o qué motiva al cliente, y su actitud, más que aplicar una teoría, consiste en escucharle con atención y respeto.
El terapeuta procura analizar todas las formas de comportamiento, tanto deél mismo como del cliente, que impiden el encuentro real entre ambos.Da mucha importancia al compromiso, que es el verdadero modo de estar vivo.
"Terapia existencial es algo radicalmente diferente. El objetivo es el de la persona abierta hasta… a ayudar a que esta persona sea más sensible a la vida, a la belleza. Ahora que suena un poco sentimental, lo sé, pero es una cosa muy seria que necesitamos."  - Rollo May.

Obras:

o   La valentía de crear.
o   Libertad y destino en psicoterapia.
o   El dilema del hombre.
o   La necesidad del mito.
o   Amor y voluntad.


ABRAHAM MASLOW

Biografía
Nació en Brooklyn, Nueva York en 1908. Sus padres eran inmigrantes judíos rusos. Abraham era extremadamente tímido y neurótico, brillante y solitario. Maslow ingreso en el City College de Nueva York a los 18 años.  Años después se trasladó a la Universidad de Wisconsin, donde sus intereses se enfocaron en la psicología.  Obtuvo su licenciatura en 1930 y el doctorado en 1934 a los 26 años.  Después de graduarse regreso a Nueva York para poder trabajar con Edward Thornike.
Maslow creía que toda teoría factible y precisa de la personalidad debe comprender no solo las profundidades, sino también las alturas que cada individuo es capaz de alcanzar. Maslow es uno de los fundadores de las psicologías humanista y transpersonal.  Su obra está constituida por un conjunto de reflexiones, opiniones e hipótesis, y no por un sistema teórico completo.
 En junio de 1970 muere a causa de un infarto, tenía 62 años.

APORTE

Jerarquía de necesidades: Él presenta la hipótesis de que dentro de todo ser humano existe una jerarquía de las siguientes cinco necesidades.
o   Fisiológicas: incluye el hambre, la sed, el abrigo, el sexo y otras necesidades corporales
o   De seguridad: incluye la seguridad y protección de daños físicos y emocio­nales.
o   Sociales: incluye afectos, la sensación de pertenencia, aceptación y amistad.
o   De Ego: incluye factores internos de estima, como el respeto a uno mis­mo, la autonomía y los logros; y factores externos como el status, el recono­cimiento y la atención.
o   De autorrealización: el impulso de ser lo que se es capaz de ser; incluye el crecimiento, alcanzar el potencial de uno y la autosatisfacción.
A medida que se satisface cada una de estas necesidades en lo sustancial, el siguiente nivel de necesidades se vuelve dominante. Maslow separa las cinco necesidades en órdenes superior e inferior. Describió las necesidades fisiológicas y de seguridad como de orden inferior, y las sociales, de estima y de autorrealización como necesidades de orden superior.


La Psicología Transpersonal: Uno de los preceptos básicos de la psicología transpersonal es que en cada individuo hay un self mas profundo y autentico, que se experimenta en los estados de conciencia trascendentes.
Una de las primeras definiciones de psicología transpersonal fue el primer número del Journal of Transpersonal Psychology:
“es el nombre que da a un nueva corriente psicológica un grupo de psicólogos y profesionales de otras disciplinas, que están interesados en las capacidades y potenciales ultimas de los seres humanos que carecen de un lugar sistemático en la teoría positivista o conductista, la teoría psicoanalítica clásica o la psicología humanista.”
Para algunos encierra una importancia especial en virtud de que incorpora el saber psicológico de otras culturas y tradiciones:
“La psicología transpersonal fusiona los conceptos de la psicologías individualistas de occidente con las piscologías espirituales de Oriente y Medio Oriente. El descubrimiento de que nuestra propia instrucción es limitada y que las ideas occidentales no constituyen el centro del universo psicológico tiene efectos perturbadores al principio. Esta impresión desaparece no bien tomamos conciencia de la inmensa cantidad de trabajos que se han realizado y que, empero, aún esperan ser validados por las herramientas científicas y experimentales de la psicología occidental para realizarse por completo.”
Otros lo definen como:
“Es una rama de la psicología que integra los aspectos espirituales y trascendentes de la experiencia humana con el marco de trabajo e investigación de la psicología moderna. El término transpersonal significa “más allá” o “a través” de lo personal, y se refiere a las experiencias, procesos y eventos que trascienden nuestra limitada sensación habitual de identidad y nos permiten experimentar una realidad mayor y más significativa.”
“Soy freudiano, soy conductista, soy humanista.” – Maslow.

OBRAS

o   EupsychianManagment (1965).
o   Recientemente volvió a publicarse como: MaslowonManagment (1999).   

explicación de la piramide de maslow


CARL ROGERS

Bibliografía

Carl Ransom Rogers nace el 8 de enero de 1902, en Oak Park, Illinois, Estados Unidos. En 1957 obtiene la cátedra de Psicología y Psiquiatría de la Universidad de Wisconsin. En su departamento de psiquiatría Rogers experimenta su "terapia centrada en el cliente" con pacientes psicóticos obteniendo óptimos resultados que publica en 1967 en su libro The Therapeutic Relationship and itsImpact: A Study of Schizophrenia.




Terapia Centrada en el Cliente

"El terapeuta es la verdadera persona que realmente comprende las vacilaciones y debilidades del cliente y las acepta, sin intentar negarlas o corregirlas. Acepta, aprecia y valora al individuo integró, dándole, incondicionalmente, seguridad y estabilidad en las relaciones que necesita para correr el riesgo de explorar nuevos sentimientos, actitudes y conductas. El terapeuta respeta a la persona tal como es, con sus ansiedades y sus miedos, por lo que no le impone criterio alguno sobre cómo debe ser. La acompaña por el camino que ella misma se traza, y participa como elemento presente y activo en este proceso de auto creación, facilitando en todo momento la percepción de los recursos personales, y de los rumbos seguidos en el camino, tal y como la persona los vivencia - Rogers

Enfoque que mayor influencia ejerce actualmente sobre los psicoterapeutas y consejeros norteamericanos, aún por encima de la terapia racional-emotiva de Albert Ellis y del psicoanálisis freudiano.

Esta terapia también fue catalogada de especulativa y anticientífica por sus detractores, y vista como la terapia ideal por sus seguidores, el enfoque rogeriano ha pasado por diversas transformaciones, que van desde la simple propuesta de una hipótesis de trabajo -producto de la labor de consejería que su autor desarrollara en los años treinta- hasta la elaboración de una teoría de la personalidad.

En sus libros escritos de Orientacióńn psicológia y psicoterapia, Psicoterapia centrada en el cliente y El proceso de convertirse en persona, Rogers realiza una serie de planteamientos tendientes a esclarecer su posición frente al proceso terapéutico, la personalidad y la naturaleza humana.
Formulo varias hipótesis entre ellas una que "Que el individuo tiene la capacidad suficiente para manejar en forma constructiva todos los aspectos de su vida que potencialmente pueden ser reconocidos en la conciencia" (Rogers, 1972, 1978).
Esta hipótesis nos ayuda entender, el planteamiento esencial del enfoque, y, a su vez, lo que genera mayores polémicas.

 La palabra "cliente" es asumida de una manera especial: el cliente es aquella persona que responsablemente busca un servicio y participa del proceso terapéutico de la misma manera; aquella, consiente de su capacidad de desarrollo no utilizada, que no va "en busca de ayuda" sino que trata de ayudarse a sí misma.
Se descartan del lenguaje rogarían los términos paciente, enfermo, curación, diagnóstico, etc., porque connotan dependencia, limitación y falta de respeto por la persona.

Rogers dice que todo buen terapeuta que intente instrumentalizar su enfoque son las siguientes: a) Capacidad empática; b) Autenticidad; c) Consideración positiva incondicional.

Esto nos lleva a deducir que el cliente no puede ser una persona común y corriente, sino alguien especial, que cuenta con la tranquilidad y la coherencia internas propias de la persona autorrealizada, autorrealización que intentará contagiar al cliente. Sin embargo, no debe verse al terapeuta como una persona superior;


Rogers (1972) establece cuatro fases en la formación de terapeutas centrados en el cliente.
    La primera fase hace hincapié́ en el esclarecimiento de las actitudes del aspirante a terapeuta, antes de centrarse en los aspectos técnicos. El deseo de querer ser terapeuta rogeriano debe ser resultado de un proceso de descubrimiento personal que no puede ser fomentado desde fuera de ninguna manera.
    La segunda fase hace énfasis en las técnicas una vez que se han aclarado las actitudes del estudiante.
    La tercera fase considera justo proporcionar al estudiante una experiencia propia de la terapia, si es posible haciendo que él mismo se someta a ella en condición de cliente.
    La cuarta fase señala que el estudiante debe ejercer la practica psicoterapéutica desde el momento mismo en que esta sea practicable

El enfoque rogeriano considera dos factores al inicio de una terapia: 1) La actitud que tiene el terapeuta, su filosofía operacional básica frente a la dignidad y la significacióńn del individuo (hipótesis básica), y 2) Su instrumentalización a través de métodos adecuados.

En cuanto a los detalles del proceso psicoterapéutico, Rogers planteaba lo siguiente: "Digamos, de entrada, que no existe una distinción precisa entre el proceso y los resultados de la terapia. Las características del proceso corresponden, de hecho, a elementos diferenciados de los resultados" (Rogers y Kinget, 1971).
Según Rogers, cuando las condiciones terapéuticas están presentes y se mantienen, es decir que:
    Existe una relación de contacto entre cliente y terapeuta;
   Una situación de angustia y desacuerdo interno en el cliente;
   Una situación de acuerdo interno en el terapeuta;
    Sentimientos de respeto, comprensión, aceptación incondicional y empatía en el terapeuta; entonces se pone en marcha, motivada por la tendencia innata a la actualización, cierto proceso que podemos catalogar de terapéutico, el mismo que constaría de las siguientes ́caracteristicas
   Aumento en el cliente de la capacidad para expresar sus sentimientos de modo verbal y no verbal.
   Estos sentimientos expresados se refieren más al Yo.
   Aumenta también la capacidad de distinguir los objetos de sus sentimientos y de sus percepciones.
    Los sentimientos que expresa se refieren cada vez más al estado de desacuerdo que existe entre ciertos elementos de su experiencia y su noción delYo.
   Llega sentir conscientemente la amenaza que lleva consigo este estado de desacuerdo interno. La experiencia de amenaza se hace posible gracias a la aceptación incondicional del terapeuta.
   Gracias a ello el cliente llega a experimentar plenamente (al convertir el fondo en figura) ciertos sentimientos que hasta entonces habíáa deformado o no confesado.
   La imagen del Yo (sí mismo, self) cambia, se amplia, hasta permitir la integración de elementos de la experiencia que no se hacían conscientes o se deformaban.
   A medida que continúa la reorganización de la estructura del Yo, el acuerdo entre esta estructura y la experiencia total aumenta constantemente.
    El Yo se vuelve capaz de asimilar elementos de la experiencia que antes eran demasiado amenazadores para que la conciencia los admitiera.
   La conducta se vuelve menos defensiva.
   El cliente es cada vez más capaz de sentir y admitir la aceptación del terapeuta sin sentirse amenazado por esta experiencia.
   El cliente siente una actitud de aceptación incondicional respecto a sí mismo.
   Se va dando cuenta que el centro de valoración de su experiencia es él mismo.
   La valoración de su experiencia se hace cada vez menos condicional, y se lleva a cabo sobre la base de experiencias vividas. El cliente evoluciona hacia un esta-do de acuerdo interno, de aceptación de sus experiencias.

Psicología positiva

Martin Seligman

Se le conoce principalmente por sus experimentos sobre la indefensión aprendida y su relación con la depresión. En los últimos años se le conoce igualmente por su trabajo e influencia en el campo de la Psicología positiva. El impulso definitivo para la creación de la psicología positiva fue dado por el
Prof. Martín Seligman.

Desde finales de 2005, Seligman es director del
Departamento de Psicología de la Universidad de Pensilvania.

·         La Indefensión aprendida, o adquirida, es una condición psicológica en la que un sujeto aprende a creer que está indefenso, que no tiene ningún control sobre la situación en la que se encuentra y que cualquier cosa que haga es inútil. Como resultado, el animal permanece pasivo frente a una situación displacentera o dañina, incluso cuando dispone de la posibilidad real de cambiar estas circunstancias.

Seligman exponía a dos perros, encerrados en sendas jaulas, a descargas eléctricas ocasionales. Uno de los animales tenía la posibilidad de accionar una palanca con el hocico para detener esa descarga, mientras el otro animal no tenía medios para hacerlo. El tiempo de la descarga era igual para ambos, ya que la recibían en el mismo momento, y cuando el primer perro cortaba la electricidad, el otro también dejaba de recibirla. En cualquier caso, el efecto psicológico en ambos animales era muy distinto; mientras el primero mostraba un comportamiento y un ánimo normal, el otro permanecía quieto, lastimoso y asustado, con lo que la importancia de la sensación de control en el estado de ánimo parecía demostrada. Incluso cuando la situación cambiaba para el segundo animal, y ya sí podía controlar las descargas, era incapaz de darse cuenta y seguía recibiendo descargas sin intentar nada para evitarlo.

La teoría de la indefensión aprendida ha sido utilizada para explicar el mecanismo de la depresión. Cuando estamos deprimidos -dirían los defensores de esta relación-, percibimos que nuestra situación vital es dolorosa, y no distinguimos ninguna solución ni ninguna posible vía de escape a nuestro alcance; nos sentimos mal y no podemos hacer nada para cambiarlo.


Para superar la indefensión aprendida es necesario seguir una serie de pasos:

1. Comprender que se trata de una percepción y no de una realidad inamovible.

2. Asumir que todo pasa y que cada día es nuevo y está lleno de posibilidades.

3. Buscar formas creativas de abordar la situación valorada como amenaza.

4. Apoyarse en personas que tengan otros recursos que uno no posea.

5. Reevaluar o re conceptualizar la situación en busca de ángulos positivos.

6. Aceptar, adaptarse y esperar un mejor momento para actuar, si se considera que realmente nada puede cambiarse aquí y ahora.

7. Centrarse en los recursos, dones y talentos, en vez de enfocarse en el problema o en sus posibles consecuencias negativas.

La psicología positiva estudia diversos aspectos del ser humano: emociones positivas como la felicidad, la alegría o el amor, y fortalezas como el optimismo, la creatividad, la gratitud, la sabiduría, o la resiliencia.

Estudios recientes han mostrado, por ejemplo, que la influencia de los ingresos económicos sobre la felicidad sólo es relevante hasta cubrir las necesidades básicas. A partir de un determinado nivel, mayores niveles de ingresos parecen no aportar mayores niveles de felicidad. Por el contrario, la cantidad y calidad de relaciones interpersonales aparece como el factor que más a menudo aparece asociado a un mayor nivel de bienestar psicológico percibido. Otros factores como el optimismo, la autoestima y la gratitud, o rasgos básicos de personalidad como la extraversión y la estabilidad emocional, también aparecen relacionados con mayores niveles de felicidad.

El movimiento de la Psicología Positiva se inscribe dentro de la psicología académica por deseo expreso de sus fundadores, es decir, sus conocimientos se elaboran y discuten dentro de las universidades, instituciones de investigación y órganos y eventos asociados (p. ej., asociaciones y congresos científicos). Esto pretende garantizar la máxima fiabilidad a los contenidos que se agrupen dentro de la etiqueta "Psicología positiva".

En pocas palabras, la Psicología Positiva es la visión complementaria de la psicología tradicional; es una nueva rama de la psicología, que se ocupa de identificar los factores que contribuyen al bienestar y la felicidad de las personas. Justamente, dar cuenta que la felicidad efectivamente no se logra simplemente sacando lo negativo de nuestras vidas, es uno de los aspectos más novedosos de este enfoque.


No se trata de buscar una vida de permanente felicidad, ya que además de imposible, debido a que va contra la naturaleza, terminaríamos siendo seres que no creceríamos ni mejoraríamos como personas. Se trata por un lado, de potenciar los momentos y situaciones que nos producen emociones positivas y por el otro, de crecer y aprender de los que nos provocan dolor, ya que aunque algunos se pueden prevenir y hasta evitar, hay muchos otros que forman parte de nuestra vida, como por ejemplo la muerte de seres queridos.

Una de las áreas de la Psicología Positiva que más atención ha recibido, ha sido el optimismo como una característica disposicional, es decir, como la tendencia de una persona a esperar lo mejor, a creer que en el futuro le ocurrirán cosas positivas.

Otra forma de ver el optimismo es la que plantea Seligman: como estilos explicativos o estilos atribucionales. Las personas desarrollarían diferentes expectativas sobre el futuro, dependiendo de cómo hayan aprendido a explicarse los acontecimientos pasados y estas explicaciones se diferencian respecto a tres dimensiones:

Permanencia (permanente/transitorio),
Ubicuidad (específico/universal) y
Responsabilidad (externa/interna).

De este modo, una persona optimista interpretará los hechos positivos utilizando una explicación permanente, universal e interna, por ejemplo, “gané la carrera porque me he esforzado todos estos meses” a diferencia de un pesimista que podría decir:”gané porque hoy no vinieron los mejores”, una explicación transitoria, específica y externa.



Erich Fromm

Erich Fromm nació en Frankfurt, Alemania en 1900. Su padre era un hombre de negocios y, según Erich, más bien colérico y con bastantes cambios de humor. Su madre estaba deprimida con frecuencia. En otras palabras, como con unos cuantos de los autores que hemos revisado en este libro, su infancia no fue muy feliz que digamos. Como Jung, Erich provenía de una familia muy religiosa, en este caso de judíos ortodoxos. El mismo se denominó más tarde un “místico ateo”.

En su autobiografía, Beyond the Chains of Illusion (Más Allá de las Cadenas de la Ilusión) Fromm habla de dos eventos acontecidos en su adolescencia temprana que le condujeron hacia este camino. El primero tiene que ver con un amigo de la familia: Tendría ella más o menos como unos 25 años; era hermosa, atractiva y además pintora; la primera pintora que conocía. Recuerdo haber escuchado que había estado comprometida pero luego de un tiempo había roto su compromiso; recuerdo que casi siempre estaba en compañía de su padre viudo. A él le recuerdo como un hombre insípido, viejo y nada atractivo; algo así (quizás porque mi juicio estaba basado de alguna manera por los celos). Entonces un día oí la tremenda noticia: su padre había muerto e inmediatamente después ella se había suicidado, dejando un testamento que estipulaba que su deseo era ser enterrada al lado de su padre.

Esta noticia sorprendió al joven Erich, en ese momento con 12 años, y le lanzó a esa pregunta que muchos de nosotros nos haríamos: “¿por qué?”. Más tarde, encontraría algunas respuestas (parcialmente, como admitió) en Freud. El segundo evento fue incluso más fuerte: la Primera Guerra Mundial. A la tierna edad de 14 años, pudo darse cuenta de hasta dónde podía llegar el nacionalismo. A su alrededor, se repetían los mensajes: “Nosotros (los alemanes, o mejor los alemanes cristianos) somos grandes; Ellos (los ingleses y aliados) son mercenarios baratos”. El odio, la “histeria de guerra”, le asustó, como debía pasar. Por tanto, se encontró nuevamente queriendo comprender algo irracional (la irracionalidad de las masas) y halló algunas respuestas, esta vez en los escritos de Karl Marx.

Para finalizar con la historia de Fromm, recibió su doctorado en Heidelberg en 1922 y empezó su carrera como psicoterapeuta. Se mudó a los EEUU en 1934 (¡una época bastante popular para abandonar Alemania!), estableciéndose en la ciudad de Nueva York, donde conocería muchos de los otros grandes pensadores refugiados unidos allí, incluyendo a Karen Horney, con quien tuvo un romance. Cerca del final de su carrera, se mudó a ciudad Méjico para enseñar. Ya había hecho un considerable trabajo de investigación sobre las relaciones entre la clase económica y los tipos de personalidad de allí. Murió en Suiza en 1980.

Dos libros son particularmente importantes para conocer el pensamiento del sabio alemán, el primero es El miedo a la libertad y el segundo es El corazón del hombre. La teoría de Fromm es más bien una combinación de Freud y Marx. Por supuesto, Freud enfatizó sobre el inconsciente, los impulsos biológicos, la represión y demás. En otras palabras, Freud postuló que nuestro carácter estaba determinado por la biología. Por otro lado, Marx consideraba a las personas como determinados por su sociedad y más especialmente por sus sistemas económicos.

Fromm añadió a estos dos sistemas deterministas algo bastante extraño a ellos: la idea de libertad. Él animaba a las personas a trascender los determinismos que Freud y Marx les atribuían. De hecho, Fromm hace de la libertad la característica central de la naturaleza humana.

Como dice el autor, existen ejemplos donde el determinismo opera en exclusividad. Un buen ejemplo sería el determinismo casi puro de la biología animal, al igual que dice Freud, por lo menos aquellas especies simples. Los animales no están ocupados en su libertad; sus instintos se hacen cargo de todo. La marmota, por ejemplo, no necesita un cursillo para decidir que van a ser cuando sean mayores; ¡serán marmotas!

Fromm describe tres vías a través de las cuales escapamos de la libertad:

·         Autoritarismo. Buscamos evitar la libertad al fusionarnos con otros, volviéndonos parte de un sistema autoritario como la sociedad de la Edad Media. Hay dos formas de acercarse a esta postura: una es someterse al poder de los otros, volviéndose pasivo y complaciente. La otra es convertirse uno mismo en un autoritario. De cualquiera de las dos formas, escapamos a una identidad separada. Fromm se refiere a la versión más extrema de autoritarismo como masoquismo y sadismo y nos señala que ambos se sienten compelidos a asumir el rol individualmente, de manera que aunque el sádico con todo su aparente poder sobre el masoquista, no es libre de escoger sus acciones.

·         Destructividad. Los autoritarios viven una dolorosa existencia, en cierto sentido, eliminándose a sí mismos: ¿si no existe un yo mismo, cómo algo puede hacerme daño? Pero otros responden al dolor volviéndolo en contra del mundo: si destruyo al mundo, ¿cómo puede hacerme daño?. Es este escape de la libertad lo que da cuenta de la podredumbre indiscriminada de la vida (brutalidad, vandalismo, humillación, crimen, terrorismo…). Fromm añade que si el deseo de destrucción de una persona se ve bloqueado, entonces puede redirigirlo hacia adentro de sí mismo. La forma más obvia de auto destructividad es por supuesto, el suicidio. Pero también podemos incluir aquí muchas enfermedades como la adicción a sustancias, alcoholismo o incluso la tendencia al placer de entretenimientos pasivos. Él le da una vuelta de tuerca a la pulsión de muerte de Freud: la auto destructividad es una destructividad frustrada, no al revés.

·         Conformidad autómata. Los autoritarios se escapan de su propia persecución a través de una jerarquía autoritaria. Pero nuestra sociedad enfatiza la igualdad. Hay menos jerarquía en la que esconderse que lo que parece (aunque muchas personas las mantienen y otras no). Cuando necesitamos replegarnos, nos refugiamos en nuestra propia cultura de masas. Cuando me visto en la mañana, ¡hay tantas decisiones que tomar!. Pero solo necesito ver lo que tienes puesto y mis frustraciones desaparecen. O puedo fijarme en la TV que, como un horóscopo, me dirá rápida y efectivamente qué hacer. Si me veo como…, si hablo como…, si pienso como…, si siento como…cualquier otro de mi sociedad, entonces pasaré inadvertido; desapareceré en medio de la gente y no tendré la necesidad de plantearme mi libertad o asumir cualquier responsabilidad. Es la contraparte horizontal del autoritarismo.

La persona que utiliza la conformidad autómata es como un camaleón social: asume el color de su ambiente. Ya que se ve como el resto de los demás, ya no tiene que sentirse solo. Desde luego no estará solo, pero tampoco es él mismo. El conformista autómata experimenta una división entre sus genuinos sentimientos y los disfraces que presenta al mundo, muy similar a la línea teórica de Horney.

Escoger la forma en la cual escapamos de la libertad tiene bastante que ver con el tipo de familia en la que crecemos. Fromm describe dos tipos de familias no productivas.

·         Familias simbióticas. La simbiosis es la relación estrecha entre dos organismos que no pueden vivir el uno sin el otro. En una familia simbiótica, algunos miembros de la familia son “absorbidos” por otros miembros, de manera que no pueden desarrollar completamente sus personalidades por sí mismos. El ejemplo más obvio es el caso donde los padres “absorben” al hijo, de forma que la personalidad del chico es simplemente un reflejo de los deseos de los padres. En muchas sociedades tradicionales, este es el caso con muchos niños, especialmente de las niñas.

·         Familias apartadas. De hecho, su principal característica es su gélida indiferencia e incluso su odio helado. Aún cuando el estilo familiar de “repliegue” ha estado siempre con nosotros, ha llegado solo a dominar algunas sociedades en los últimos pocos cientos de años; esto es, desde que la burguesía ( la clase comerciante) arribó a la escena con fuerza.

El escape de la libertad es particularmente obvia aquí: es una conformidad autómata.
Aunque todavía esta familia está en minoría en el mundo (salvo, por supuesto, en la TV), esta es una de las principales preocupaciones de Fromm. Parece ser el presagio del futuro.

¿Qué hace a una familia buena, sana y productiva?. Fromm sugiere que ésta sería una familia donde los padres asumen la responsabilidad de enseñar a sus hijos a razonar en una atmósfera de amor. El crecer en este tipo de familias permite a los niños aprender a identificar y valorar su libertad y a tomar responsabilidades por sí mismos y finalmente por la sociedad como un todo.


El inconsciente social
Pero nuestras familias la mayoría de las veces sólo son un reflejo de nuestra sociedad y cultura. Fromm enfatiza que embebemos de nuestra sociedad con la leche de nuestra madre. Es tan cercana a nosotros que con frecuencia olvidamos que nuestra sociedad es tan sólo una de las múltiples vías de lidiar con las cuestiones de la vida. Muchas veces creemos que la manera en que hacemos las cosas es la única forma; la forma natural. Lo hemos asumido tan bien que se ha vuelto inconsciente (el inconsciente social, para ser más precisos? también llamado inconsciente colectivo, aunque esta expresión está atribuida a otro autor). Por esta razón, en muchas ocasiones creemos que estamos actuando en baso a nuestro propio juicio, pero sencillamente estamos siguiendo órdenes a las que estamos tan acostumbrados que no las notamos como tales.

Fromm cree que nuestro inconsciente social se entiende mejor cuando examinamos nuestros sistemas económicos. De hecho, define, e incluso nombra, cinco tipos de personalidad, las cuales llama orientaciones en términos económicos. Si lo desea, puede aplicarse un test de personalidad hecho a partir de los adjetivos que Fromm usa para describir sus orientaciones.

·         La orientación receptiva. Estas son personas que esperan conseguir lo que necesitan; si no lo consiguen de forma inmediata, esperan. Creen que todas las cosas buenas y provisiones provienen del exterior de sí mismos. Este tipo es más común en las poblaciones campesinas, y también en culturas que tienen abundantes recursos naturales, de manera que no es necesario trabajar demasiado fuerte para alcanzar el sustento propio (¡aún cuando la naturaleza pueda repentinamente limitar sus fuentes!). También es fácil encontrarlo en la escala más inferior de cualquier sociedad: esclavos, siervos, familias de empleados, trabajadores inmigrantes…todos ellos están a merced de otros.
Esta orientación está asociada a familias simbióticas, especialmente donde los niños son “absorbidos” por sus padres y con la forma masoquista (pasiva) de autoritarismo. Es similar a la postura oral pasiva de Freud; a la “leaning-getting” de Adler (acomodada) y a la personalidad conformista de Horney. En su presentación extrema puede caracterizarse por adjetivos como sumiso y anhelante. De forma más moderada, se presenta con adjetivos como resignada y optimista.

·         La orientación explotadora. Estas personas esperan conseguir lo que desean a través de la explotación de otros. De hecho, las cosas tienen un valor mayor cuanto sean tomadas de otros: la dicha es preferiblemente robada, las ideas plagiadas, y el amor se consigue basándose en coerción. Este tipo es más común en la historia de las aristocracias y en las clases altas de los imperios coloniales. Piénsese por ejemplo en los ingleses en la India: su posición estaba basada completamente en su poder para arrebatar a la población indígena. Alguna de sus características más notables es la habilidad de mantenerse muy cómodos ¡dando órdenes!. También la podemos encontrar en los bárbaros pastores y pueblos que se apoyan en la invasión (como los Vikingos).

La orientación explotadora está asociada al lado “chupóptero” en la familia simbiótica y con el estilo masoquista del autoritarismo. Es el oral agresivo de Freud, el dominante de Adler y los tipos agresivos de Horney. En los extremos, son sujetos agresivos, seductores y engreídos. Cuando están mezclados con cualidades más sanas, son asertivos, orgullosos y cautivadores.

·         La orientación acaparadora. Las personas que acumulan tienden a mantener consigo esas cosas; reprimen. Consideran al mundo como posesiones y como potenciales posesiones. Incluso los amados son personas para poseer, mantener o comprar. Fromm, perfilando a Marx, relaciona este tipo de orientación con la burguesía, la clase media comerciante, así como los terratenientes ricos y los artistas. Lo asocia particularmente con la ética laboral protestante y con grupos puritanos tales como los nuestros.

La retención está asociada a las formas más frías de familias apartadas y con destructividad. Yo añadiría aquí que existe también una clara relación con el perfeccionismo. Freud llamaría a este tipo de orientación el tipo anal retentivo; Adler (hasta cierto punto), le llamaría el tipo evitativo y Horney (más claramente) el tipo resignado. En su forma pura, significa que eres terco, tacaño y poco imaginativo. Si perteneces a una forma menos extrema, serías resolutivo, económico y práctico.

·         La orientación de venta. Esta orientación espera vender. El éxito es una cuestión de cuán bien puedo venderme; de darme a conocer. Mi familia, mi trabajo, mi escuela, mis ropas; todo es un anuncio, y debe estar “perfecto”. Incluso el amor es pensado como una transacción. Solo en esta orientación se piensa en el contrato matrimonial (estamos de acuerdo en que tú me darás esto y lo otro y yo te daré aquello y demás). Si uno de nosotros falla en su acuerdo, el matrimonio se anulará o se evitará (sin malos sentimientos; incluso ¡podríamos ser muy buenos amigos! De acuerdo con Fromm, es la orientación de la sociedad industrial moderna. ¡Esta es nuestra orientación!.

·         La orientación productiva. Existe, no obstante, una personalidad más sana, a la que Fromm ocasionalmente se refiere como la persona que no lleva máscara. Esta es la persona que sin evitar su naturaleza social y biológica, no se aparta nunca de la libertad y la responsabilidad. Proviene de una familia que ama sin sobresaturar al sujeto; que prefiere las razones a las reglas y la libertad sobre la conformidad.

La sociedad que permita un crecimiento de este tipo de personas no existe aún, de acuerdo con Fromm. Por supuesto, que él tiene una idea de cómo debería ser. Lo llama socialismo comunitario humanista.


Fromm dice que las primeras cuatro orientaciones (a las cuales otros llaman neurótica) viven el modo (o modelo) de tenencia. Se centran en el consumo, en obtener, en poseer…Se definen por lo que tienen. Fromm dice que el “yo tengo” tiende a convertirse en el “ello me tiene”, volviéndonos sujetos manejados por nuestras posesiones. Del otro lado, la orientación productiva vive en el modo vivencial. Lo que eres está definido por tus acciones en el mundo. Vives sin máscara, viviendo la vida, relacionándote con los demás, siendo tú mismo. Fromm siempre estuvo interesado en tratar de comprender a las personas verdaderamente malévolas de este mundo; no solamente a aquellas que sencillamente eran estúpidas, estaban mal guiadas o enfermas, sino a aquellas con total conciencia de maldad en sus actos, fuesen llevados a cabo como fuere: Hitler, Stalin, Charles Manson, Jim Jones y así sucesivamente; desde los menos hasta los más brutales. Todas las orientaciones que hemos mencionado, productivas y no productivas; sea en el modo de tenencia o de ser, tienen una cosa en común: todas constituyen un esfuerzo para vivir. Igual que Horney, Fromm creía que incluso el neurótico más miserable por lo menos está intentando adaptarse a la vida. Son, usando su palabra, biófilos, amantes de la vida. Pero existe otro tipo de personas que él llama necrófilos (amantes de la muerte).

Tienen una atracción pasional de todo lo que es muerte, destrucción, podredumbre, y enfermizo; es la pasión de transformar todo lo que está vivo en lo no-vivo; de destruir por el solo hecho de destruir; el interés exclusivo en todo esto es puramente mecánico. Es la pasión de “destrozar todas las estructuras vivientes”.